miércoles, 2 de noviembre de 2011
Algunas Frases Y Escritos Del Autor Por Medio De Sus Personajes
Escrito De Mássimo Trooglio:
*Corromper es mas difícil que educar
* Es mas fácil reemplazar un sistema moral por otro que despojar a alguien de su moral
*La educación en la moral favorece la formación de putas
*Igual que el filosofo, el maestro de putas debe ser vehículo de la moral
*Es mas conveniente al monarca la existencia de las putas por dinero que la existencia de las putas por placer
También El Autor Dice:
* La mujer suministra siempre la materia y el hombre el principio creador: Para nosotros, es ésta, en efecto, la función propia de cada uno de ellos, y esto es ser hembra y ser macho. Es necesario, también, que la hembra aporte un cuerpo, una determinada cantidad e materia, mientras que esto no es necesario para el macho: no es necesario que los instrumentos existan en los productos que se fabrican, ni que en ellos exista el agente que los hace.
*Corromper es mas difícil que educar
* Es mas fácil reemplazar un sistema moral por otro que despojar a alguien de su moral
*La educación en la moral favorece la formación de putas
*Igual que el filosofo, el maestro de putas debe ser vehículo de la moral
*Es mas conveniente al monarca la existencia de las putas por dinero que la existencia de las putas por placer
También El Autor Dice:
* La mujer suministra siempre la materia y el hombre el principio creador: Para nosotros, es ésta, en efecto, la función propia de cada uno de ellos, y esto es ser hembra y ser macho. Es necesario, también, que la hembra aporte un cuerpo, una determinada cantidad e materia, mientras que esto no es necesario para el macho: no es necesario que los instrumentos existan en los productos que se fabrican, ni que en ellos exista el agente que los hace.
Como Vive la Mujer En Una Sociedad Individualista En El Hoy
Critica Por Gustavo Flores Quelopana, Miembro de la Sociedad Peruana de Filosofía :
Una obra literaria que aborda la figura de la mujer en el alumbramiento del feroz individualismo del Renacimiento del siglo XVI fue la novela premiada en el año 1996 por la Fundación Fortabat El Anatomista, del escritor argentino Federico Andahazi. No es una obra feminista ni mucho menos, es una obra sobre el poder extraño y frío encanto del sexo femenino. Pero a su vez contiene elementos hedonistas y materialistas que son muy comunes en nuestro tiempo. La despiadada y fría lógica comercial del time is money se impone con estremecedor parentesco.
No se trata de hacer derivar a la mujer real moderna a partir de las ficciones literarias sino de identificar en dichas ficciones lo que hay de verdad profunda en la condición humana femenina. Novelas de heroínas y antiheroínas son también Madame Bovary de Flaubert, páginas que delinean a la mujer adúltera, mala madre, ladrona y suicida,Casa de muñecas de Henri Ibsen, cuyo personaje Nora es descrito sin pensar en el movimiento de emancipación de la mujer, La romana (1947) de Alberto Moravia, libro que cuenta la severa moral de una meretriz, Lolita (1955) de Vladimir Nabokov, libro que universaliza el término para designar a la mujer emancipada, La casa de las bellas durmientes (1961) de Yasunari Kawabata, cuyas páginas revelan la pulsión de muerte que hay en la entraña del sexo, El cuaderno dorado (1962) de Doris Lessing, que captura el espíritu sin grandeza de antiheroínas de los años 50 y 60. Por lo demás no estamos en el siglo erótico de Occidente, el dieciocho, sino en el siglo sexista de mediados del veinte y albores del veintiuno de una época de exaltación del nihilismo, relativismo, escepticismo, cinismo, corporeísmo, sensualismo, lo débil, light, blando y ligero.
No es extraño que en la literatura se advierta el sentido profundo de los fenómenos culturales. Menos extraño es aun que el propio novelista no apunte el sentido recóndito de su creación. Uno de los principales escritores y críticos franceses de la posguerra que ha ejercido enorme influencia sobre Foucault y muchos otros, es Maurice Blanchot, el cual sostiene en su obra de 1955 El espacio literario (Paidós, Barcelona, 1992) que el texto literario es a la vez irreducible a explicaciones sociológicas o psicológicas, es indeterminado en el sentido de que no es posible nunca recuperar todo el significado y la importancia de un texto literario. Además cada época trae su propia interpretación, por lo que el carácter exacto de una obra no está presente para ningún autor ni lector.
Claro que la intención de Blanchot no es convertir a la literatura en un imponderable metafísico, aunque queda en la nebulosa lo que debe entenderse por dicho “carácter exacto” de la obra en cuestión. Quizá sea más modesto pero más exacta la afirmación de su compatriota Philippe Sollers quien en su libro El individuo y la libertad: ensayos de crítica de la cultura (Ed. 62, Barcelona, 1986) concluye que la gran literatura es excepcional porque constituye un desafío a la imaginación. En nuestro medio el renombrado escritor Vargas Llosa ha sostenido en su libro La verdad de las mentiras(1990) que la buena literatura revela el fenómeno humano pero también enseña a imaginar otra realidad, gracias a lo cual la civilización no se aletarga ni desespiritualiza. Afirmaciones certeras que contrastan con la desafortunada calificación de la novela como “mentira”. Constituye un equívoco llamar a la fantasía literaria “mentira”, porque con ello atribuye a la ficción libre un propósito cognoscitivo y moral que no tiene. La fantasía novelesca recrea lo real, mientras que la mentira tergiversa lo real.
En este sentido y muy lejos de las intenciones del autor, El anatomista simboliza el fracaso del crudo individualismo renacentista que retrata el espíritu de la modernidad. Por nuestra parte sería un error histórico no advertir las diferencias reales entre el individualismo renacentista y el individualismo moderno a partir de la Ilustración. Mientras que el primero desafía el orden trascendente sin negarlo, en cambio el segundo niega el orden trascendente sin sustituciones. En la novela, su personaje Mateo Colón busca conquistar el amor de la prostituta Mona Sofía a través de métodos naturales, o para ser más precisos, ejerciendo el peligroso oficio de herbolario, estudiando las propiedades de la mandrágora y la belladona, pues se movía en el impreciso límite de la farmacia y la brujería. Sigue el camino de las especias y busca la hierba de los dioses para hallar el ungüento del amor. Pero quiso el destino o el autor que Mateo Colón fuera a dar de casualidad con el descubrimiento del amor veneris aplicando la frotación en el hasta entonces desconocido pene femenino. Por ello, la lógica subyacente de la novela se desenvuelve bajo el ropaje del renacimiento pero con el contenido de la modernidad ilustrada. Es el experimento y no la religión lo que lo lleva a dar con el amor veneris. El papel de la magia en la creación de la ciencia moderna es hoy un hecho reconocido y ampliamente aceptado, pero en esto justamente reside una dirección del espíritu moderno que dirige secretamente el desarrollo de la novela de Andahazi.
Mateo Colón no es un mago medieval que invoca espíritus para sus hechizos, es más bien un herbolario o un alquimista que busca la piedra filosofal del sexo para revelarle los secretos de la naturaleza femenina. Sus técnicas son de laboratorio y sus experimentos están orientados en la búsqueda de la ley natural de causa y efecto. Si bien es cierto que no puede ser tomado como un científico moderno, sin embargo por sus técnicas, visión espiritual del mundo, objeto, práctica y método comparte el espíritu fundador de la ciencia moderna. Lo irónico del personaje andahaziano es que en su empeño por buscar y preparar la quintaesencia del amor, viene a convertirse en un anatomista en vez de un herbolario. Lo cual lejos de ponerlo en duda de su anterior camino lo confirma en su visión naturalista e inmanente del mundo.
El anatomista está más próximo a un Hipócrates o Galeno que a un Paracelso o Lulio, haciendo la salvedad que mientras los dos primeros quieren curar en cambio Mateo Colón quiere dominar el placer sexual de las mujeres. Pero su intención se basa en un profundo equívoco, expresado maravillosamente en el parco y trágico diálogo final:
- “Amor mío [le dice a Mona Sofía], amor mío –repetía a la vez que acariciaba su dulce “América”. ¿Me amáis?
-
El anatomista sintió un levísimo temblor en el pulpejo de sus dedos y pudo escuchar un susurro. Mona Sofía movió los ojos hacia la ventana y sin mover los labios, con una voz que parecía provenir del fondo de una caverna, habló:- “Tu tiempo se acabó –le escuchó decir el anatomista, antes de emitir un estertor, que fue el último”.
El equívoco de que la mujer ha de amar al que la complace sexualmente resulta ser en la novela una profunda ilusión del anatomista. La sexualidad de la mujer es más difusa, tiene mayor capacidad para sentir que el hombre, el sexo abarca a toda su persona porque es mucho más emotiva y por ello es para la mujer mucho más importante la intimidad, las caricias, el sentirse amada. Las prácticas no coitales y las caricias no genitales son en la mujer la fórmula mágica para llegar a su corazón. La lucha por el orgasmo aniquila muchas veces no sólo el propio orgasmo sino toda sensualidad posible. La opinión de expertos sexólogos está dividida, unos opinan que toda actividad sexual privada entre adultos que consientan libremente es lícita, otros que estiman que el placer sexual es fuente de unión y contento entre el hombre y la mujer dentro del matrimonio para desarrollar y enriquecer las relaciones interpersonales, y otros apuntan desde la llamada ética de la situación que en la sexualidad no hay normas de valor absoluto y las decisiones que se toman depende de las circunstancias de cada situación. Volviendo a la novela vemos que Mateo Colón consigue llevar a la agonizante Mona Sofía al orgasmo clitoril, pero no por ello logra que ella lo ame. En él no hay tanteo ni seducción. Sencillamente no comprende a la mujer.
En las modernas sociedades liberales el sexo sin amor parece confirmarse ampliamente en la práctica del “amor libre”. La mujer supuestamente liberada del culto a la virginidad decide acostarse con cuanto varón le guste y ello sin pensar en el matrimonio ni en la procreación sino en el simple gusto corporal de satisfacer el apetito sexual, y lo más probable es que cuando decida casarse, si es el caso, no lo haga con quien más disfrutó sexualmente sino con quien la haga sentirse amada. La mujer moderna lejos de compartir la ilusión del anatomista Mateo Colón de que mediante el sexo se logra el amor, al contrario lo refuta. El sexo no lleva necesariamente al amor, aunque se olvida por lo general confirmar la otra parte de la verdad, a saber, que el amor sin sexo es posible.
Lo curioso es cómo siendo la mujer una criatura mucho más emocional e intimista pueda practicar el sexo sin amor. Esto equivale a una situación que cuando no es prostitución, como el de Mona Sofía, es diversión. A la mujer la sociedad no le exige reafirmar su sexualidad como en el hombre, sentirse dueña de su cuerpo y de su placer no es para ella un acto público sino privado. Pero ahora con el avance de la enfermedad maldita, el sida, entre la población heterosexual se ha refrenado ligeramente ha promiscuidad sexual.
¿Es el equívoco de Mateo Colón el error de la modernidad? En cierta forma sí, porque confunde el fin con los medios. El protagonista encarna la conciencia individual que se sumerge en el flujo de la existencia para el dominio, el control y la negación de la voluntad individual. Es un personaje que encarna una conciencia de la muerte porque desplaza a la libertad del corazón mismo de nuestra existencia. La libertad no puede quedar reducida a los imperativos de los sentidos, pero Mateo Colón no lo comprende como tampoco lo entiende en nuestro tiempo la publicidad, el mercadeo y la industria al servicio de los sentidos.
Baudrillard había hablado de la sociedad de la sensación, de telepolitas domésticos conectados con prótesis tecnológicas que anulan las certidumbres de los hechos. De forma análoga, Mateo Colón sufre el eclipse de toda profundidad y la liquidación total de lo subjetivo por cuanto que reduce al amor al acto mecánico de la estimulación orgiástica. Baudrillard describe la filosofía de las masas babélicas indiferenciadas y Andahazi en su novela se explaya en la periclitación de sujetos mediumnizados por la estupefacción mecanicista sin alma. Son las almas muertas de un mundo moralmente neutro.
¿Y Mona Sofía? Encarna la frialdad patológica de una racionalidad que se rige por los parámetros de la productividad, la eficacia y la inserción al mercado. Ella abre el infierno de una lógica que ha proscrito el alma e implanta la anomia esteparia de la cosificación física y mental más perfecta para proclamar el triunfo del atrofiamiento moral de la sociedad individualista contemporánea. Mona Sofía es a todas luces un ser patológico que maltrata su alma y tiene embotada su humanidad por el condumio y el lucro. Se trata de un personaje repulsivo e inaceptable que denigra la figura de la mujer hasta los límites más enfermizos posibles. Como la realidad supera con creces todo tipo de fantasía lo más probable es suponer que no sólo se trata de un personaje posible sino incluso superado en la propia realidad. Mona Sofía no encarna la maldad en su alambicada pureza porque su accionar no desborda el meretricio, sino que más bien lleva uno de los rasgos más impresionantes del mal, a saber la frialdad o absoluta carencia de sentimientos nobles, a su máxima expresión.
En este punto existe un paralelismo con la situación actual de la mujer en la sociedad industrial y post-industrial. La mujer de hoy busca ser menos emocional y más racional, pero ¿se pregunta acaso qué tipo de racionalidad está siguiendo? La moderna mujer liberada está convencida de que el hombre ha logrado un mejor control de sus emociones, hasta el punto de parecer frío, por un proceso de adaptación al medio social. Entonces ella se distancia del hogar mediante el trabajo, porque no se conforma con que el hombre tenga un rango superior en la vida pública, busca mejores puestos de trabajo, mejores salarios en igualdad de condiciones, prioridad en el acceso del campo laboral y se erige sin complejos en cabeza de familia en la vida privada. Entonces comienza a pensar que ser mujer es reunir en sí misma todas las posibilidades, está convencida en su capacidad para desempeñar las mismas profesiones, responsabilidades y papeles que han sido identificados como masculinos. No obstante, se reafirma en su convicción que ser mujer jamás tendrá que ver con masculinizarse. A partir de aquí deduce que la mujer es capaz de pensar no sólo en su casa sino también en el Universo, como el hombre. Entonces vemos cada vez más mujeres elegidas como Presidentes de su país, bajo la sospecha de que el poder masculino sólo ha servido para desorganizar la sociedad y conducirla a una deplorable situación de pobreza, violencia y materialismo. Pero aquí cabe preguntarse ¿cómo piensa la mujer liberada edificar un mundo más piadoso, misericordioso y caritativo si comienza cambiando su piel delicada y sensible por una más fría y racional? ¿Con esa racionalidad no terminará obrando como el hombre que condena? Además ¿es acaso justa la imagen del hombre que manejan cuando la historia ha demostrado la existencia de líderes espirituales como Buda, Jesús, Gandhi, entre otros, que difundieron la doctrina del amor y la solidaridad?
Lo cierto es que en la mayor parte de los casos el esfuerzo de la mujer de ser tan competitiva y racional como el hombre la ha deformado hasta límites monstruosos y crueles. En primer lugar, son las propias mujeres quienes confiesan el verdadero tormento que es tener como superior a otra mujer. La jefa por lo general es despiadada, furibunda, descontrolada, intolerable, irascible, celosa, competitiva al extremo, vengativa, perfeccionista, acaparadora, injusta y atormentadora en demasía. Sólo la mujer liberada que ha sabido lo que es tener como jefe a otra mujer, sabe añorar lo que ha perdido al dejar de tener un jefe varón. El jefe masculino es por principio condescendiente, bondadoso, tolerante y controlado con la subordinada, y no es cierto que este comportamiento obedezca casi siempre a un oscuro deseo de seducir a la hembra que tiene enfrente, sino a un uso racional de su energía vital que lo lleva a ser más magnánimo con la mujer especialmente. Sólo el homosexual masculino, que es competitivo con el género opuesto, se siente incómodo siendo tolerante con las imperfecciones manifiestas en la mujer.
Pero existe otro paralelismo, además de la frialdad, entre el personaje Mona Sofía y la mujer liberada actual: cierto automatismo que la aleja de la propia racionalidad. Las palabras finales de la puttana Sofía: “tu tiempo se acabó” representan la voluntad de dominar al otro por el dinero. El “tanto tienes tanto vales” se vuelve en reflejo automático del individualismo anético de la modernidad. La fórmula maligna se resume en el infernal círculo vicioso del capital y el tiempo. Si Mateo Colón encarna el dominio del otro por el sexo, la puttana Sofía es el dominio del otro por el caudal. Y el caso es que junto al poder de Leviatán y el sexismo de Príapo, el tercer dios moderno es la codicia de Mamóm.
La gran pregunta que se impone en el decurso de la cuestión es si se pueden establecer brevemente los principales rasgos femeninos, para dejar sentado a partir de aquí cómo los mismos pueden ser alterados o perturbados por el influjo social. Esto es, que los seres humanos no son ni tabulae rasae ni víctimas de la anatomía del destino.
Así, en la cultura de la India –el Kamasutra por ejemplo- y en la cultura romana –Ovidio en su Arte de amar- el instinto sexual de la mujer es presentado mucho más poderoso que en el hombre, cosa escandalosa de admitir en la civilización occidental del siglo XIX y comienzos del XX. Para el destacado pensador inglés de fines del siglo Havelock Ellis los principales rasgos femeninos son tres: mayor afectabilidad, menor tendencia a la variación y conservatismo biológico e infantilidad. Por ejemplo, su menor tendencia a la variación la predispone hacia la estabilidad en contraposición al varón, cuya mayor tendencia a la variación hace que entre éstos sea más común el genio, el idiota y el criminal. Weininger por su parte exige que la mujer se libere de sí misma si quiere consumar su emancipación, claro que imbuido de moral victoriana confundió su liberación con la renuncia de la mujer a su función sexual en vez de a un estado social que convertía al sexo en su única opción posible.
Freud no es más halagador con las características de la mujer: envidiosa, histérica, de limitados intereses intelectuales y hostiles a la cultura. Karen Horney consideró la opinión de Freud como un producto del “narcisismo masculino”, que el sentimiento de inferioridad femenino no es constitucional sino adquirido y la creación cultural masculina es una reacción compensatoria ante la creatividad biológica de la mujer, terreno en el que ella es superior. Según Clara Thompson es posible explicar cada rasgo atribuído por Freud a la mujer en base de influencias de las “presiones culturales”. Profundizando en el punto Helen B. Thompson subrayó que las diferencias psicológicas entre los sexos se debían a las influencias sociales, por lo que la evolución de la vida intelectual de la mujer depende más que de las características psicológicas sexuales innatas, de las necesidades e ideales sociales. Sex and Societyde W. I. Thomas subrayó que el remedio a la inutilidad de la mujer moderna parece encontrarse en el terreno educacional.
Actualmente ya no existe una atmósfera hostil sobre la actividad de las mujeres, toda clase de estímulos han venido a sustituir la otrora abundante falta de aliento sobre sus obras, al aceptar nuevas funciones y hacerse cargo de tareas socialmente valiosas la mujer ha mejorado su posición legal y vive la desaparición de muchos de sus sentimientos de inferioridad, se considera importante que sea capaz de ganarse la vida, con ello ha perdido buena parte de su timidez, pasividad, tendencias masoquistas y su manera tradicional de imponerse por medios indirectos. Las mujeres actuales tienen intereses más objetivos e impersonales, sin embargo ninguna de las funciones femeninas tradicionales ha desaparecido. El trabajo doméstico, el sentimentalismo y la procreación podrá no ocupar su tiempo principal pero ella no se desliga de la oscura administración de la esclavizante casa y más aun debe añadir a ello la dura presión de la esclavizante sociedad individualista. Pues no todo periodo de individualismo es pródigo en estímulos creativos sino también en negativos y disolventes. Así, la nueva moral sexual al considerar menos meritorio el recato, la modestia, la pasividad, la castidad y la virginidad retroalimenta en círculos cada vez más extendidos una enorme y amenazante ola de prostitución pornográfica que instrumentaliza a la mujer hasta siniestros límites amorales. Cuando toda una legión de jovencitas liberadas acude a este nefando negocio con el fin de hacer dinero rápido en una sociedad consumista y manipuladora, entonces es posible pensar que el apocalipsis del matrimonio tradicional va acompañado de una oscura administración de una esclavizante sociedad anética. Ha llegado la apoteosis de la Mona Sofía del “time is money”.
Hoy la veterana y rica Europa envejece al compás de la estrepitosa caída del índice de natalidad, las mujeres víctimas de la ideología del progreso dejaron pasar su edad reproductora al abocarse al trabajo, estudio, viajes o placer. Los pocos niños que quedan son cuidados con esmero pero por lo mismo también son consentidos, creciendo entre el capricho y la irresponsabilidad. Se trata de un círculo vicioso autodestructivo que amenaza con extenderse por toda la cultura occidental y que tiene que ver más con la razón técnica que con la razón humanística que la vio nacer. Si en su momento la primera guerra mundial representó un papel importante en el fortalecimiento del papel social de la mujer, en la actualidad el desarrollo de las nuevas tecnologías (especialmente la biogenética) preparan el terreno para un nuevo y demencial estadio de la liberación femenina sin el concurso del varón como fecundador, compañero y sustentador de la familia.
Llegados a este punto es posible recién trazar el cuadro completo de la mujer en el individualismo de la modernidad. Para tomarle el pulso a una civilización hay que ver qué tipos de hombres y mujeres está engendrando, cuáles son sus cualidades, probidades y libertades. La sociedad del capitalismo cibernético actual lejos de acercar a la mujer al trabajo intelectual y rodearla de virtudes superiores la ha convertido en otro ser económico sin alma. De sus tradicionales cualidades destierra la castidad, frugalidad y buen carácter para manipular el cuidado de su belleza con la cosmética y la cirugía, su laboriosidad con la igualdad de derechos y su necesidad de higiene mental con el gimnasio, técnicas de relajación y lo light. La frugal y laboriosa mujer tradicional ha sido sustituida por la moderna mujer consumista, egoísta y hedonista. Mientras tanto las cuatro virtudes cardinales de raíz platónica -Prudencia, Fortaleza, Justicia y Templanza- en la sociedad moderna y posmoderna son sustituidas por el predominio del poder, el sexo y la codicia. Entonces las primeras virtudes que se quiebran y se abandonan son justamente las virtudes cardinales. Hoy se impone como valor lo contrario de la Fortaleza, lo débil y lo light, el reverso de la Justicia la injusticia y la insolidaridad, y el anverso de la templanza y la prudencia, lo irreflexión y la obscenidad.
Si a esto le añadimos que el clima espiritual de la época es de incredulidad y ateísmo práctico entonces tenemos que al abandono de las virtudes cardinales se vienen a sumar el olvido de las virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad. Entonces nos preguntamos si ¿será la mujer liberada consciente del pavoroso panorama individualista de la sociedad que la devora? Creemos que no, pero justamente en su ignorancia radica la salvación de la humanidad. No será la razón sino su corazón de mujer, esposa y madre la que le tendrá que decir que los designios socioculturales competitivos e individualistas asignados por una sociedad profundamente cosificada ponen a la mujer y a la civilización misma al borde del colapso. La mujer actual es la nueva víctima de la ideología del progreso, sus cambios en el seno de la sociedad liberal han convertido su emancipación en su nueva esclavitud y el problema no estriba en el desarrollo de sus nuevas facultades sino en la manipulación y distorsión de las mismas que ponen en peligro la continuidad de su existencia y con ella la de toda la especie humana.
La novela El anatomista de Federico Andahazi ha servido de catalizador para reflexionar sobre el efecto que tiene la sociedad individualista sobre la mujer actual. Sus personajes Mateo Colón y Mona Sofía refractan personalidades profundadamente distorsionadas por el clima espiritual de su época. Pero lo más sugerente de ambos es la manera sesgada, unilateral y cosificante de ver al otro, al prójimo. Y esto es justamente el tipo trágico de enajenación que ha ido en aumento en la llamada moderna sociedad del progreso.
martes, 1 de noviembre de 2011
Lee Aca el Libro Completo "El Anatomista" y otras obras de Federico Andahazi.
http://www.literatura.org/Andahazi/anatomista/faanatp.html

El Amor Veneris existió por razones diferentes de las de la anatomía; existió por cuanto no sólo fundó una nueva mujer, sino que además promovió una tragedia. Lo que sigue es la historia de un descubrimiento.



lunes, 31 de octubre de 2011
Porque Mateo Renaldo Colon Es el Actor Principal...Miremos Su Reseña
Es él quién llevo a cabo el descubrimiento de la circulación pulmonar, cincuenta años antes de implantarse la Teoría de Harvey de la circulación sistémica. De hecho las crónicas refieren que Harvey se basó en los trabajos de Colombo para su Teoría circulatoria.
Fue Colombo el primero que dijo que la lente del cristalino se ubica en la parte anterior del ojo no en el centro. Fue el primero que describió la expansión de las arterias con cada latido cardiaco. Fue el primero que describió que la válvula pulmonar del corazón se cierra durante la diástole impidiendo el reflujo.
Describió el clítoris llamado por él ‘placer de Venus’, aun cuando Falloppio también se atribuía dicha descripción, y Bartholino en el siglo XVII descartó ambas afirmaciones pues ya era conocido por anatomistas del siglo II A.c.
Mateo Realdo Colombo fue el médico que le hizo la autopsia a Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús en 1559 encontrándole cálculos en la vía biliar.
Fue Colombo el primero que dijo que la lente del cristalino se ubica en la parte anterior del ojo no en el centro. Fue el primero que describió la expansión de las arterias con cada latido cardiaco. Fue el primero que describió que la válvula pulmonar del corazón se cierra durante la diástole impidiendo el reflujo.
Describió el clítoris llamado por él ‘placer de Venus’, aun cuando Falloppio también se atribuía dicha descripción, y Bartholino en el siglo XVII descartó ambas afirmaciones pues ya era conocido por anatomistas del siglo II A.c.
Mateo Realdo Colombo fue el médico que le hizo la autopsia a Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús en 1559 encontrándole cálculos en la vía biliar.
Ahora... Para Que tengan Mas Idea. Dejaremos Aqui Un Resumen Sobre Su obra El Anatomista
La vida y el hecho de poseer un espíritu curioso del anatomista, Mateo Renaldo Colon es el eje principal en el que se desarrolla esta obra. Mateo Renaldo Colon es uno de los médicos más destacados del Renacimiento, y entre sus descubrimientos más modestos se encuentra el de la circulación de la sangre, trabajaba con la disección de los cuerpos aunque esta práctica estaba prohibida para la época, temeroso del fuego y de la carne quemada especialmente si se trataba de la suya.
La historia comienza en la bella Venecia con el amor de Mateo Renaldo Colon, Mona Sofía una de las putas más codiciadas de la época por su belleza, de sus ojos color esmeralda, de su figura torneada como la madera, sus manos pequeñas igual que su boca que se diría incapaz de ejercer la prostitución, pero no era así ya que tenía un gran talento para ejercer la prostitución, y con ese talento podía volver vigoroso hasta el anciano mas desahuciado.
Otra de la piezas importantes de esta historia es Inés de Torremolinos una señora muy rica de Florencia, viuda y con gran remordimiento al no haber podido darle un hijo varón a su marido se dedico a la caridad y al servicio a los más necesitados, con lo que esperaba que su pecado seria limpiado. Ciertamente se hubiera convertido en una santa pero que nadie sabe las vueltas que da la vida, que termino quemada junto a sus hijas bajo el cargo de brujería.
Esta son las piezas fundamentales de la historia del Anatomista, una él amor imposible de Mateo Colon, ya que todas las putas no tenían sentimientos y que solo escucharía de Mona Sofía tu tiempo se ha terminado, estas fueron las palabras que hicieron que el anatomista más reconocido de la época enfatizara sus esfuerzos en buscar la llave del amor de esta prostituta. He ahí el comienzo de un largo camino de este anatomista que haciendo todo lo que humanamente le era posible viajando en busca de la pócima con la que pudiese conseguir el amor de esta mujer, juntando hiervas de distinta clases, de todos los lugares posibles, casi terminando en la miseria por conseguir lo que para él sería su ¨ América ¨, su ¨ Amor Veneris ¨.
Producto de esa búsqueda personal vinculada a los sentimientos, Mateo comienza a explorar la misteriosa naturaleza del universo femenino, busca lo que él desea obtener de su amada Mona Sofía, el amor, que tanto deseaba y no lo pudo conseguir. Misterioso es el poder que tienen las mujeres sobre nosotros los hombres que son capaces de hacer lo que nunca habríamos imaginado por impresionarlas y conquistar su amor, pero cuan necesario se vuelve ya que por este impulso conseguimos lo que no esperamos conquistar y eso es lo que consiguió este anatomista con su descubrimiento.
Mateo descubrió el clítoris (Cuerpo pequeño, carnoso y eréctil, que sobresale en la parte más elevada de la vulva), que para él era la llave para conseguir el amor de las mujeres, en esta obra Andahazi atribuye al Amor Veneris la capacidad de haber fundado un nuevo estilo de mujer y desencadenar una tragedia.
La tragedia se da cuando Mateo Colon trata de publicar su obra y se encuentra con la inquisición, muy temida para la época, ya que el pensamiento de la época no concebía conocimientos que no fueran sustentados en el hecho de que Dios era su centro, y se concebía a estos descubrimientos como inclinaciones diabólicas y por lo cual, comienzan a darse muchas varios procesos en los cuales por no pensar de la manera en la que se piensa en la época eran quemados en la hoguera.
En la defensa de Mateo Colon que tiene diecinueve partes se puede leer sobre la concepción de la mujer en esa época, la mujer no tenia derechos, se pensaba que solo servían para la sobrevivencia de la especie y nada más, se pensaba que todos los males del la humanidad venían por parte de la mujer. El hombre es el que mandaba y el que tomaba las decisiones de que se hacía y como se hacía la mujer no tenia opinión alguna, era un objeto pecaminoso y era temida por su disponibilidad a ser tentada por el demonio y ser su morada.
El anatomista, la obra, a mi forma de ver nos lleva ver las circunstancias en la que la mujer, sobrevivía en la sociedad, dentro de una sociedad extremadamente machista, en la que las defensoras de la equidad de género, las feminista, hubiesen sido muertas en ese mismo, solo, por tratar exponer sus argumentos a favor que a la mujer se la respete y se les dé el lugar que le corresponde dentro de la sociedad. Gracias a Dios no vivimos en esa época poco tolerante, en la que la sociedad actual seria vista, como los futuros miembros que hubiésemos pertenecido a la gran lista de los que murieron en la hoguera, por la inquisición. El anatomista desmorona todo su constructo, dualista cuerpo-alma, femenino –masculino, pecado-virtud, e introduce una tercer elemento que disocia la voluntad, del alma y del cuerpo.
En esta historia la credulidad y la falta de sentido crítico eran el mejor alimento para que el error, las fábulas, las leyendas y la superstición crecieran y se multiplicaran, de ahí que se daba una importancia en demasía a la religión y se guiaban por este a pesar de que este desafiara todo lo lógico que se conocía, se puede decir que el papel que jugó la iglesia es también notoria ya que como leemos en el libro de Andahazi nada dejaba de pasar por las manos de los miembros de la iglesia, se pude decir que el atraso que se vivió en esta época se debió fue por culpa de la iglesia.
La obra también hace alusión a la idea, de superioridad del hombre, sobre la mujer, la no tenencia de un alma, por parte de la mujer, lo que la vuelve más propensa al pecado y más apta para ser engañada por este, cuando el hombre en esta época era igual o más pecador que las féminas, con la única diferencia que estos se escondían para cometer sus pecados y el hecho de tener alma los podía liberar, cosa que no ocurría con las mujeres.
Federico Andahazi, nos transporta a una época que no la pudiésemos comprender ahora, nos muestra elementos predominantes de la época, como lo son; la regencia absoluta de la iglesia sobre temas de conocimiento, que eran aprobados si no se iba en contra de Dios, lo que paro el progreso de la ciencia, los problemas sociales como la desigualdad de género en el que se vivía, los prostíbulos con niñas que eran entrenadas para ejercer esta profesión, nos muestra sus formas de pensamiento, su vivir cotidiano, y una historia de la búsqueda de la llave para conseguir el amor de una mujer.
Finalmente el ¨ Amor Veneris ¨ de Mateo, es vista por él como una especie de ´´ alma ´´ para la mujer y que se deja dominar rápidamente y que esta puede hacer que la mujer pierda su voluntad así no quiera, su ¨América¨ mucho tiempo, viajo, fue salvado de la hoguera para salvarle la vida al papa Alejandro Farnesio (Paulo III), y conoció de cerca al papa Paulo IV quien lo quería entregar ala hoguera por lo que huyo de Roma, su ¨ Amor Veneris ¨ lo busco, pero, no le sirvió para conquistar a su amada Mona Sofía, que murió de sífilis frente a sus ojos, y que en su último suspiro le dijo como en las veces que le visito en su burdel ´tu tiempo se ha acabado´, el anatomista nunca logro lo que se propuso, pero que importante fue para brindar nuevos conocimientos a la humanidad, y en especial de ese ser tan sublime como lo es la mujer.
Una Pequeña Sinopsis Sobre " El Anatomista"
El anatomista de Federico Andahazi:
El héroe de esta novela es Mateo Colón, un anatomista del Renacimiento que al enamorarse de una prostituta veneciana, Mona Sofía, emprende la búsqueda de algún tipo de pócima que le permita conseguir su amor. El anatomista da comienzo así, nada más ni nada menos, a la ardua exploración de la misteriosa naturaleza de las mujeres. Es nuestro héroe un hombre avanzado a su tiempo, y en su audacia decide experimentar con prostitutas y, algo totalmente prohibido en la época, con la disección de cadáveres. Lo que descubre Mateo Colón en pleno siglo XVI es, tal como lo fuera América para su homónimo, una *dulce tierra hallada+: el Amor Veneris, equivalente anatómico del kleitoris, hasta entonces desconocido en Occidente. Pero al intentar hacerlo público, Colón debe hacer frente al despiadado poder de la Inquisición, lo cual le supone verse envuelto en un proceso vertiginoso. Federico Andahazi ha construido una novela apasionante y ha recreado la época renacentista no sólo en sus costumbres sino en su sistema de pensamiento. El autor le imprime un ritmo sostenido al relato así como al impecable manejo de la intriga --sin soslayar el humor y la ironía-- que convierten a El anatomista, y a su autor, en una impactante revelación.Las Obras Que Federico A. Público, ¿ Cuales Fueron y En Que Año Las Público?
- 1997: El anatomista
- 1997: Las piadosas
- 2000: El príncipe
- 2002: El secreto de los flamencos
- 2004: Errante en la sombra
- 2005: La ciudad de los herejes
- 2006: El conquistador
- 2008: Pecar como Dios manda. Historia sexual de los argentinos
- 2009: Argentina con Pecado Concebida. Historia sexual de los argentinos 2
La Polemica Del Libro "El Anatomista"
Hacia fines de 1996, a la vez que era finalista del Premio Planeta, su novela El anatomista ganó el Primer Premio de la Fundación Amalia Lacroze de Fortabat. Sin embargo, la mentora del concurso,Amalia Lacroze de Fortabat, publicó en varios diarios de Buenos Aires un comunicado en el cual manifestaba su desacuerdo con el resultado del evento, en razón de que la obra elegida no contribuía «a exaltar los más altos valores del espíritu humano», y por lo tanto no cumplía con los objetivos de la Fundación en cuanto a «la finalidad que la determinó a establecer estos concursos culturales». El jurado con el que disintió la Sra. Fortabat estaba compuesto por prestigiosos y reconocidos escritores. Estos eran: María Angélica Bosco, Raúl H. Castagnino, José María Castiñeira de Dios, María Granata y Eduardo Gudiño Kieffer.
El libro fue publicado por la editorial Planeta en 1997, fue rápidamente traducido a más de treinta idiomas y vendido por millones de ejemplares.
La Vida de Nuestro Autor Federico Andahazi
Nació en Buenos Aires el 6 de junio de 1963 y es escritor y novelista argentino.
Es Hijo de Bela Andahazi y Juana Merlín. Estudió Psicología en la Universidad de Buenos Aires y ejerció la profesión de psicoanalista durante poco tiempo. Abandonó su profesión para abrazar el oficio de escritor. En el año 1996 obtuvo el Primer Premio de Cuentos de la Segunda Bienal de Arte Joven con su cuento "Almas misericordiosas". Ese mismo año recibió también el Primer Premio del Concurso Anual Literario «Desde la Gente» por su cuento "El sueño de los justos" con un jurado compuesto por los escritores Héctor Tizón, Luisa Valenzuela y Liliana Heker entre otros eminentes miembros.
En noviembre de 1995 sus cuentos "Las piadosas" y "Por encargo" fueron distinguidos en el Certamen Nacional de Cuentos del Instituto Santo Tomás de Aquino. Conformaron el jurado Marco Denevi, María Granata y Victoria Pueyrredón. En setiembre de 1996 su cuento "La trilliza" recibió el Primer Premio en el Concurso de Cuento Buenos Artes Joven II, cuyo jurado estuvo integrado por Liliana Heer, Carlos Chernov y Susana Szwarc. En octubre de 1996, al tiempo que era finalista del Premio Planeta, su novela El anatomista ganaba el Primer Premio de la Fundación Amalia Lacroze de Fortabat. El jurado estuvo compuesto por María Angélica Bosco, Eduardo Gudiño Kieffer, María Granata y José Luis Castineira de Dios. En uno de los más resonantes escándalos en el mundo literario argentino, la entrega del premio fue suspendida por exigencia de Amalia Lacroze de Fortabat, multimillonaria argentina y directora de la fundación que lleva su nombre. "La obra premiada no contribuye a exaltar los valores más elevados del espíritu humano" declaró la Fundación, expresando en realidad la disconformidad de la Sra. de Fortabat con el contenido erótico de la novela. Andahazi recibió el dinero, 15.000$, pero el premio en sí le fue negado. El libro fue finalmente publicado por Planeta en 1997 convirtiéndose —en un doble bochorno para la Fundación Lacroze— en uno de los más grandes bestsellers de la literatura argentina. Fue traducido también a varios idiomas.
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